domingo, 24 de marzo de 2013

Comunicar para triunfar. Héctor Augusto Salinas Atuesta



Por: Héctor Augusto Salinas Atuesta 
        Comunicador Social Periodista, Especialista en Gestión Pública.
         















Para alcanzar el triunfo debemos hacer pleno uso de ese potencial humano que es la capacidad comunicativa. El aprovechamiento de este valioso potencial recurso que Dios nos dio, incide de manera  decisiva en nuestro futuro. La comunicación es determinante en la relación con nuestra pareja, hijos y en ámbito social en el que interactuemos.



Todo lo que somos, lo debemos a la comunicación. Desde las primeras palabras en nuestro hogar, la formación en la escuela, lo que aprendemos en nuestras relaciones con la gente, las lecciones de vida, lo que vemos y oímos a través de la radio, la televisión, medios impresos, Internet, el contacto visual, auditivo, el comportamiento corporal, los sentimientos, la expresión verbal, la lectura, la escritura.

La buena comunicación es lo que realmente nos permite analizar, reflexionar, criticar, interpretar, argumentar y proponer.




La capacidad comunicativa es el factor número uno en el éxito de toda persona. Desde el sacerdote en las predicaciones ante sus feligreses; el gerente proyectando y dando a conocer sus estrategias para posicionar su empresa; el docente con sus estudiantes, procurando el aprendizaje, la formación y construcción de nuevo conocimiento; el político en la plaza pública convenciendo a sus eventuales electores; el periodista frente a sus oyentes, televidentes, lectores y cibernautas; el gobernante ante sus conciudadanos; el vendedor frente a sus clientes para cautivarlos; el ingeniero y el arquitecto en la construcción de obras de desarrollo; el cantante dando el tono melódico a las composiciones musicales; en fin todo profesional y toda persona en la relación con su entorno social, llegan a alcanzar el éxito, en la medida en que se compenetren con sus gentes a través de una comunicación eficaz.




Las empresas líderes en el mundo atribuyen su éxito, a las capacidades comunicativas del talento humano. Los verdaderos líderes tanto a nivel nacional como mundial, son aquellos con un alto alcance comunicativo. Es decir, quienes –como señala el psicólogo Rodrigo Sepúlveda- tienen la habilidad de comunicar efectiva y afectivamente, utilizando un idioma, según el público, con la capacidad de establecer cuáles son las necesidades de su grupo y de su mundo, satisfaciéndolas con toda su sapiencia, conocimientos y saber. Y en lo afectivo: debe lograr buenos niveles de simpatía y empatía. Debe inspirar confianza. Por eso, la comunicación es básica en la formación de todo ciudadano y profesional. 

El acelerado desarrollo, el avance científico, tecnológico, la integración mundial y  la efectividad en todos los procesos han dependido también de los procesos comunicativos. Si la comunicación fue el primer proceso que cambió al ser humano hace millones de años, hoy lo sigue haciendo a través de sus diferentes modalidades transformando  al mundo haciéndolo cada vez más ágil.

La clave del aprendizaje sobre la vida y la posibilidad de conocernos depende de  la relación – comunicación. Por eso es tan esencial: es el elemento más importante de la vida“.  Para conocerse a sí mismo es necesario ser conocido por otro; y para ser conocido por otro,  es necesario conocerlo”.

No siempre nuestro mensaje va a ser captado o comprendido de la misma forma por diversos grupos de personas. !No podemos pretender ésto¡. Tenemos que utilizar un lenguaje que se adapte al tipo de lectores, público y personas a las que nos dirijamos. Guix, señala que el problema nos lo creamos nosotros mismos, al creer que los mensajes que emitimos van a ser percibidos igualmente por todos los receptores. Creer tal afirmación, significaría que todo el mundo es igual,  indica.







Cada persona tiene su propio mapa del mundo, así como su propia interpretación, de los significados de las palabras, más allá del sentido gramatical,  Pero además no podemos desconocer que el lenguaje corporal, la gesticulación, y el tono de voz son determinantes. “No es lo mismo hablar sobre las cosas que expresarlas emocionalmente”.   Ese proceso complejo y automático se produce en el sí de las relaciones y es muy diferente de los problemas o dificultades expresivas, que pueden obstruir cualquier comunicación.






Para Javier Guix,  un buen comunicador es capaz de traducir e interpretar los mensajes verbales y no verbales y es capaz de adecuar su comunicación a la del interlocutor. 



El especialista en comunicación indica que no existe ni la buena ni la mala comunicación, la mucha o la poca, la falta o el exceso; todo es comunicación.

No cabe duda que los “ruidos” comunicativos existen y que no es lo mismo un discurso bien estructurado, que expresado ordenadamente y con la voz adecuada,  que otro lleno de imprecisiones.

En la comunicación, el lenguaje no verbal, también juega un papel fundamental. La habilidad está en saber leer mentalmente, todo aquello que no emplea  palabras, pero que habla muy fuerte. Se trata de los comportamientos, la postura, el tono de la voz,  las miradas, el estado de ánimo y otras expresiones a las que me referiré en detalle, en otros escritos de esta publicación.

“Una persona comunica todo el tiempo, inclusive cuando no habla” afirma, el periodista Germán Díaz Sossa. 

Las relaciones que cada uno logre tener, marcará, en gran medida, los aciertos o fracasos, tanto laborales como en todos los ámbitos de nuestra vida. Las siguientes recomendaciones nos ayudarán a mejorar nuestras relaciones y a interactuar de una forma más efectiva con la gente.

  • Cuando se dirija a las personas sea muy claro y preciso para evitar que alguna de sus palabras sea malinterpretada.
  • Comuníquese respetuosa y amablemente ante sus compañeros.
  • Cuide la forma de mirar a la persona; no se distraiga cuando esté sosteniendo una conversación porque dará la sensación de que no le interesa nada de lo que le están diciendo.
  • Susurrar al frente de alguien puede interpretarse como si estuviere manifestando algo en contra de la persona que está al frente.
  • No se alegre de las adversidades de la gente.
  •  Mantenga la prudencia cuando el ambiente esté tenso; no opine; manténgase en una posición neutral.
  • Maneje bien el tono de la voz, no grite ni responda en tono fuerte o airado.
  • No lleve sus problemas personales al trabajo.
  • No muestre enojo, ni rencor hacia las personas.
  • No imponga su pensamiento.
  • Escuche al que le está hablando y hasta que no termine completamente lo que le quiere decir, no se anticipe a pensar algo que no le ha dicho.
  • No piensen por el otro, pregunten si hay dudas y luego hable para remediar y no para agravar.
  • Está comprobado que las actitudes hablan más que las palabras, por eso, tenga en cuenta de no hacer nada que moleste a los demás.
  • Ofrezca disculpas cuando se equivoque.
  • Cuando haya divergencias o diferencias muy marcadas entre alguno de sus compañeros, busque puntos en común y de acercamiento, que eso ayudará a mejorar las relaciones.
  • Ayude a solucionar los problemas, sea solidarios y coopere.
  • Tenga una actitud positiva y emprendedora, no se deje vencer por las cosas superficiales, ni siquiera por las complicadas.
  • Sea sencillo y humilde. La arrogancia mata las relaciones.
  • Reconozca las capacidades de la gente.
  • Sepa escuchar cuidadosamente para que no tergiversar.
  • Admita sus errores, si quiere verdaderamente aprender.
  • Hay que reconocer y destacar a las personas con mejores ideas que las nuestras.
  • Actúe con la razón y no con el deseo.
  • Aprenda a adaptarse a los cambios y deje atrás los métodos tradicionales.
  • No haga caso a los rumores o comentarios malintencionados.
  • Sea muy objetivo, equitativo y sincero.
  • Sepa ponerse en el papel del otro.
  • Ayude a sus compañeros a lograr sus metas y objetivos.
  • Brinde ayuda antes de recibirla.
  • No muestre preferencias.
  • No se atribuya nada que no sea suyo. Apropiarse de las ideas de los demás es un irrespeto y además una falta grave que puede terminar en líos  judiciales.
  • Háblele con un buen tono a las personas. Deje el sarcasmo y el tono burlón que eso afecta las relaciones.
  • Incentive a las personas con un detalle.
  • Brinde un buen trato a todas las personas sin distingo de ninguna índole.
  • Sea ejemplar, honesto y transparente. Los valores humanos valen más que todas las riquezas económicas y que los títulos profesionales.
  • Procure tener buenas amistades.
  • Venza la timidez, es una recomendación para superar las barreras del dialogo y para evitar que lo tilden de orgulloso.
  •  Nunca le pongas límite a tus capacidades, tú puedes lograr lo que te propongas, aún pareciendo imposibles de realizar.
  • Cuando tenga problemas no se encierre, busca soluciones.
  • Comparta momentos de dialogo con sus compañeros.
  • Aprenda a conocerse a sí mismo; un buen comienzo es realizarse una autoevaluación objetiva.
  • Una buena autoestima le ayudará a fortalecerse para superar los momentos de gran dificultad.
  • Aprenda de las cosas positivas de sus compañeros.
  • Hay que aprender a saber perder y a saber ganar.
  • Controle su actitud y sus pasiones desenfrenadas al hablar.
  • Según Funmi Wale-Adegbite, el éxito de las personas está dado más por sus actitudes que por sus aptitudes. El 80 por ciento es actitud y el restante 20 por ciento es aptitud.
  • Aprenda a decir gracias.
  • Nuestra mente tiene un poder extraordinario pero nunca la aprovechamos. Al respecto, Buddha decía que: Todo lo que somos es el resultado de lo que pensamos.
  • Despacio que voy de afán; esta es una frase célebre que nos enseña que las cosas delicadas ameritan tiempo y que por lo tanto no debemos precipitarnos, porque lo podemos perder todo. Hay otra reflexión muy importante de James Deam, que dice: No puedo cambiar la dirección del viento, pero si ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino.
  • Comparta sus triunfos.
  • Procure al máximo no criticar, ni hacer reclamos y menos delante de las demás personas.
  • Transmita y comparta información.
  • Procure siempre convencer que vencer.
  • Aprenda a compartir.
  • Controle sus impulsos; tome respiración y si es el caso retírese del lugar en donde se encuentre y salga a relajarse.
  • Nunca tome decisiones cuando esté muy feliz o muy triste.
  • Aprenda a ceder cuando le toque hacerlo.